Muchos gobiernos locales, en el mundo y en América Latina y el Caribe, están impulsando estrategias para avanzar hacia ciudades inteligentes y construir ecosistemas de emprendimiento de alto desempeño. Sin bien estas estrategias persiguen una meta común, que es mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, en general sus puntos de contacto son escasos. Integrar estos esfuerzos, por lo tanto, podría generar sinergias y mayor bienestar. ¿Cuáles son estas sinergias? ¿Cómo podemos ayudar a materializarlas?
Las estrategias de ciudades inteligentes buscan, entre otros aspectos, promover la adopción de soluciones intensivas en tecnologías de información y comunicación (TIC) y de gestión de datos masivos para mejorar la calidad y la eficiencia de los procesos y servicios locales. Las empresas grandes y consolidadas son las principales proveedoras de las plataformas, tecnologías y servicios que adoptan las ciudades para ser inteligentes. Sin embargo, también hay muchas oportunidades para los emprendedores innovadores locales, tanto para atender los desafíos más específicos que tiene cada ciudad como para generar productos y servicios a partir de los nuevos datos que se generan.
Un ecosistema emprendedor es el entorno social y económico que afecta el emprendimiento local o regional. Las estrategias de apoyo a los ecosistemas buscan que sus actores clave (universidades, incubadoras, aceleradoras, emprendedores, inversionistas, agencias de fomento y gobiernos, entre otros) tengan las capacidades y los recursos necesarios para trabajar en forma articulada en la generación de nuevos negocios dinámicos e innovadores. Un ecosistema emprendedor de alto desempeño tiene el potencial de proveer soluciones innovadoras y específicas para que las ciudades sean más inteligentes. Además, genera empleos de calidad y aporta al crecimiento local.
Las oportunidades para generar sinergias parecen claras, sin embargo, para materializarlas, una tercera estrategia de carácter integradora podría ser efectiva para los gobiernos locales. El centro de esa estrategia debería ser el de la innovación abierta a través del emprendimiento y su implementación podría organizarse en tres componentes: 1. Una comunidad de práctica donde participen tanto los equipos de ciudades inteligentes como los del ecosistema emprendedor, 2. La elaboración de una agenda “viva” de los desafíos y oportunidades que van surgiendo en las ciudades a medida que hacen la transición hacia ciudades inteligentes, y 3. Apoyo al ecosistema emprendedor local para el diseño, prototipado y escalamiento de soluciones innovadoras para las ciudades.
En forma complementaria, a través de las modalidades de compra pública innovadora, los gobiernos locales podrían involucrarse en forma temprana en el financiamiento de los prototipos y en la adquisición oportuna de los productos y servicios que cumplan con los requerimientos funcionales preestablecidos. Para los emprendedores, contar con un cliente calificado, el gobierno local, puede ser la mejor plataforma de aprendizaje y aceleración, así como un trampolín para saltar a otros mercados.