Por Alejandra Torres, Secretaria de Planeamiento, Modernización y Relaciones Internacionales de la Municipalidad de Córdoba.
Sin duda este 2020 será un año histórico, la sociedad mundial se ha visto enfrentada a un enemigo peligroso y desconocido: “el COVID 19”. Su avance vertiginoso venció cualquier solución brindada por los conocimientos científico-técnicos disponibles y expuso a las sociedades a un nivel de vulnerabilidad desconocido.
La crisis generada por la pandemia del COVID-19, desafió muchos de nuestros modelos de gestión y puso en evidencia los numerosos cambios que desde las administraciones locales deberiamos implementar buscando darle alguna respuesta a los ciudadanos frente a la problemática que imponía la pandemia.
Obviamente, buscar alternativas nuevas de gestión en el ámbito municipal, no se redujo únicamente a aplicar herramientas tecnológicas existentes o innovar en nuevos desarrollos, sino que también significó un trabajo de revisión de procesos administrativos, cambios de paradigmas y readecuación cultural de la gestión, la cual se encontraba totalmente obsoleta y era inadecuada para los desafíos que impuso la nueva situación global.
La pandemia resulto ser totalmente disruptiva: números obstáculos y barreras que se observaban desde las administraciones públicas para acompañar el proceso de transformación digital que enfrentaban los demás sectores fueron minimizados y superados frente a la presencia del COVID 19. El estado de emergencia sanitaria resultó ser una oportunidad única de alineamiento para los gobiernos y sus administraciones de sumergirse en los beneficios y ventajas de la cuarta revolución industrial.
Actualmente, el desarrollo de herramientas innovadoras por parte de los emprendimientos tecnológicos resulta necesario en este contexto, ya que dotan a los gobiernos locales de instrumentos para hacer políticas públicas más eficientes y suplir las necesidades de su población. Los cambios observados al momento sobre las nuevas formas de trabajo y de educación, la atención a la salud y la forma de gestión de la administración pública y privada, formaran parte de la nueva normalidad.
La “nueva normalidad” es un punto de inicio para los desafíos que se vienen por parte de todos los sectores. Los efectos del COVID-19 van más allá de su impacto sanitario, impactan en el plano económico, lo social, lo cultural, político, etc. Esto acentuará la necesidad de construir ámbitos propicios en la gestación de nuevas iniciativas para la solución de problemas y la definición de objetivos que todavía no están claros.
En este sentido, nuestro país tiene fortalezas. Particularmente, la ciudad de Córdoba cuenta con un sector emprendedor tecnológico desafiante, un sector académico de alto prestigio, un tercer sector altamente comprometido con la sociedad y un sector público abierto al trabajo conjunto para que, a través de una alianza estratégica, se construyan los marcos normativos, regulatorios y de financiamiento acordes para optimizar y agilizar la relación entre estos sectores para alcanzar respuestas de calidad a favor del vecino. Alcanzara esto para que podamos enfrentar los intereses y las inercias que por años conspiraron contra la puesta en marcha de un estado moderno al servicio del vecino.