Smart o Inteligente. Dos caras de la misma moneda.

Jun 17, 2020 | Opinión

Siempre la gente me pregunta qué es una ciudad inteligente y la verdad que es una pregunta difícil de responder. Como siempre digo, es difícil definir lo que es la inteligencia para una persona, mucho más es hacerlo para una ciudad, territorio, país o comunidad.

Siempre me gustó más el término smart, en inglés, que tiene varias acepciones, entre ellas, inteligente. El término, inteligente, sin embargo, tiene solo dos acepciones y se refieren al grado de inteligencia de una persona de acuerdo a algún test, o a su capacidad para realizar buenos y elaborados razonamientos. Es decir, un concepto abstracto.

Lamentablemente el término smart no tiene una traducción exacta al castellano. La más cercana podría ser vivo o que tiene viveza, aunque este término puede tener connotación negativa, tiene también significado positivo en cuanto describe una cualidad de alguien para resolver una situación en forma rápida y creativa.

No deberíamos caer en la trampa, de considerar a la viveza como el único elemento y pensar que solo con ella alcanza para resolver los problemas de una ciudad. Eso sería la viveza en sentido negativo. No sería inteligente.

La inteligencia estaría en pensar que la viveza se puede trabajar y desarrollar para los momentos donde hace falta actuar con celeridad y precisión. Es decir se puede planificar.

Siempre me preguntan también cómo se hace a una ciudad inteligente y siempre respondo lo mismo: para hacer a una ciudad inteligente se requiere capital humano e infraestructura, que a su vez requiere capital humano. Con lo cual la respuesta es Capital Humano.

Los estudios que he venido realizando en los últimos años, me muestran que estos dos elementos son la clave, y el gran faltante, que nos permitirían dar un salto cualitativo en las capacidades de las ciudades para satisfacer las necesidades de sus ciudadanos. Pero para dar este salto se requiere planificación

Las ciudades de la provincia de Córdoba muestran aún un bajo nivel de adopción de tecnologías, por ejemplo para la realización de trámites y servicios digitales, tecnologías que sin embargo están disponibles y no son costosas, pero que requieren una buena planificación y Capital Humano para su implementación.

La crisis que el COVID 19, ha marcado dramáticamente la importancia que tiene hoy lo digital en la vida de las personas. También ha puesto de relieve las dificultades de los gobiernos locales para avanzar en agendas de digitalización actuales y a la altura de las posibilidades que hoy la tecnología posibilita. Ha mostrado cómo las ciudades han venido trabajando más en lo urgente que en lo importante. 

Poder desarrollar una agenda de digitalización ambiciosa y definitiva requerirá el desarrollo de las capacidades de gestión, entre ellas la planificación y el desarrollo de las personas, que son las que definirán la inteligencia de nuestra agenda de desarrollo urbano en los próximos años.

Por Luis Castiella, Investigador, Docente y Consultor especializado en ciudades inteligentes.

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